La Industria 4.0 está suponiendo una auténtica transformación en el sector de la fabricación.
Nada va a volver a ser como antes, y los que no se adapten, sin duda se van a quedar atrás ante realidades como la robótica, la Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas (IoT).
Es muy probable que a estas alturas ya hayas escuchado la necesidad de abordar el cambio tecnológico para prepararse para un futuro cada vez más cercano.
La combinación de las técnicas que permiten las nuevas tecnologías ofrece una transformación de la industria de su misma raíz: los procesos de producción, la gestión de las operaciones e incluso la gestión y formación de las personas pueden beneficiarse de esta revolución para ganar en productividad y automatización.
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Dicho de forma muy resumida, se trata de una transformación de la industria provocada por la incorporación de tecnologías como el Big Data, la Inteligencia Artificial, el Cloud, Robótica Industrial, los Gemelos Digitales, la Realidad Aumentada y el Internet de las Cosas, entre otros grandes avances.
La Industria 4.0 ha permitido a las industrias evolucionar desde un modelo basado en la gestión manual a un modelo de gestión industrial inteligente.
En dicho modelo, está todo interconectado y se pueden recopilar, almacenar y utilizar los datos para mejorar, analizar y automatizar los procesos de producción.
Muchos hablan de la Industria 4.0 como la Cuarta Revolución Industrial.
Para que entres un poco en contexto, ha habido cuatro revoluciones industriales hasta ahora:
1. Primera Revolución Industrial. La Primera Revolución Industrial, en pleno siglo XVIII, estuvo basada en el carbón y la máquina de vapor y permitió desarrollar las primeras fábricas con base en maquinaria y se pasó de una economía fundamentada en la agricultura a la industria.
2. Segunda Revolución Industrial. Sucedió en la segunda mitad del siglo XIX. La electricidad, el gas y el petróleo marcaron un antes y un después en los procesos industriales. Gracias a estos combustibles se inventaron nuevas máquinas y se desarrollaron las primeras tecnologías de la comunicación, como el telégrafo y el teléfono. Más tarde llegarían también los vehículos a motor, y la producción en cadena.
3. Tercera Revolución Industrial. Se desarrolla en la segunda mitad del siglo XX, con el auge de la tecnología nuclear y la electrónica.
4. Cuarta Revolución Industrial. Es el momento histórico en el que nos encontramos actualmente. Nace al abrigo de Internet, la tecnología cloud y el desarrollo de la Inteligencia Artificial y la Robótica. Se trata de un entorno en el que las personas y las máquinas están generando datos continuamente. Estos datos se procesan y se tratan a través del Big Data y la analítica de datos. Los datos permiten desarrollar algoritmos para entrenar sistemas de aprendizaje automático (Machine Learning) y detectar patrones o elaborar predicciones. Las fábricas se han vuelto más inteligentes, hay una mayor automatización y numerosos procesos manuales se han sustituido por sistemas de robótica industrial.
La Industria 4.0, basada en las tecnologías mencionadas, supone al igual que las otras revoluciones industriales, un antes y un después, un cambio disruptivo después del cual ya nada volverá a ser como antes.
Para que las industrias puedan ser competitivas hoy día, tienen que aprovechar la tecnología existente para obtener mejores resultados.
La industria 4.0 está ayudando a:
✅Mejorar la productividad de máquinas y operarios.
✅Reducir las tareas manuales.
✅Hacer una mejor previsión de la demanda.
✅Facilitar el diseño de prototipos industriales con soluciones inteligentes.
✅Mejorar el nivel de servicio al cliente.
✅Aumentar el conocimiento sobre nuestro negocio.
✅Mejorar la toma de decisiones operativas y estratégicas.
La diferencia entre un modelo tradicional industrial y una fábrica inteligente adaptada a la Cuarta Revolución Industrial se define por el uso de los datos, el conocimiento y la automatización.
Anteriormente, la previsión de la demanda no podía tener el nivel de precisión y eficacia que los modelos de IA actuales permiten conseguir, ya que están basados en el análisis de una cantidad masiva de datos que sólo se puede procesar a través del Big Data.
La información es poder, y el análisis de datos permite que las industrias puedan tener un mejor conocimiento de la realidad para optimizar sus procesos y mejorar sus principales KPI’s.
Anteriormente, las industrias no podían tener un control inteligente sobre todos los procesos llevados a cabo por los operarios.
En los procesos manuales hay un mayor riesgo de accidentes laborales, y también existe una curva de aprendizaje importante para que las personas puedan estar preparadas para desempeñar un puesto determinado en una línea de producción.
Hoy las personas desempeñan puestos de trabajo con tareas menos rutinarias y más creativas.
Su misión está más enfocada en el uso y la supervisión de la tecnología que en la repetición de tareas manuales.
La formación también ha cambiado. Al capitalizar el conocimiento a través de tecnologías de IoT, se pueden utilizar dispositivos de asistencia inteligente en tiempo real que ayuden a los operarios a saber en todo momento lo que tienen que hacer.
Lo que ayuda a reducir errores y minimizar los riesgos, así como a formar a los nuevos profesionales.
La robótica industrial juega también un papel esencial en la industria 4.0.
Las máquinas y robots están conectados y registran datos de todas las tareas que realizan.
Este control en tiempo real de todas las variables que influyen en una fábrica permite, por una parte, aumentar la velocidad a la que funcionan los centros de producción, y por otro, mejorar la calidad y minimizar los errores en los procesos productivos.
Las tecnologías desempeñan también un papel clave en la seguridad, lo que ayuda a la prevención de riesgos laborales.
A través del uso de drones o robots industriales se pueden desarrollar tareas de mantenimiento preventivas sin necesidad de que las personas tengan que asumir riesgos innecesarios.
La Cuarta Revolución Industrial ha llegado para quedarse.
Las industrias pueden asumir el cambio tecnológico y aprovechar sus beneficios para mejorar su productividad, la toma de decisiones y, en definitiva, la rentabilidad del conjunto de la empresa.
Para poder aprovechar las tecnologías, la digitalización y el registro y recopilación de los datos es una de las claves que permite a las industrias adaptar y mejorar sus procesos.
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